En mediación utilizamos una técnica desarrollada por William Ury en su libro “Supere el No” que precisamente se llama “subirse al balcón”. Con esta técnica lo que el mediador busca, y consigue, es un distanciamiento emocional para poder “mirar” desde lejos lo que tiene más cerca, para poder valorar el conflicto que tiene delante y, desde esa distancia que la altura proporciona, poder guiar a las partes lentamente hacia ese acuerdo que sólo ellas conocen.
Estos días de confinamiento me está viniendo especialmente bien conocer esta herramienta y utilizarla a mi conveniencia, no en un proceso de mediación, pero sí a la hora de enfrentarme a esas pequeñas disputas que surgen de la situación tan atípica que nos está tocando vivir.
En las formaciones que imparto, comienzo hablando del conflicto, y lo primero que intento transmitir es que el conflicto en sí no es malo, el conflicto es inherente al ser humano, es inevitable en las relaciones sociales, por lo tanto, la cuestión no es tanto evitarlo o soñar con que podemos ser capaces de eliminarlo, sino que la cuestión es saber reconocer, asumir y enfrentar las situaciones conflictivas con recursos que nos permitan salir al paso lo más airosamente posible. Así, después de la mala noticia, el conflicto existe, rápidamente les doy la buena, si quieres, tú eres parte activa en la solución. De ti depende la escalada del conflicto. Nosotros tenemos mucho que decir. De la respuesta que demos al conflicto dependerá en gran medida el resultado.
En el siguiente gráfico explico cual es circulo de respuesta ante un conflicto
Creo que fue Einstein quien dijo “Si buscar resultados distintos no hagas siempre lo mismo”
Así que giremos el círculo en la dirección contraria y veremos que para obtener un resultado diferente nuestra respuesta deberá distinta y esto hará que cuando surja el conflicto nos enfrentemos a él con otro pensamiento.
Este “subirse al balcón” y esta pequeñísima aproximación al conocimiento del apasionante mundo del conflicto nos puede ayudar en estos días de confinamiento a tomar las riendas de nuestros conflictos e intentar que el circulo de dinámica del conflicto termine con el resultado que nosotros queremos.
Para ello deberíamos PENSAR que el conflicto no es ni bueno ni malo y, cuando lo veamos venir, nos prepararemos porque nosotros tenemos mucho que decir en ese CONFLICTO. Para dar nuestra RESPUESTA nos subiremos al balcón, nos alejaremos de nuestra emoción (miedo, tristeza, ira) la reconoceremos sin negarla, le daremos su espacio, conseguiremos un distanciamiento emocional para mirar desde lejos lo que está ocurriendo, como si no fuéramos nosotros, y esperaremos hasta que la razón nos de la oportunidad de afrontar el conflicto con otra mirada, nos permita encontrar “la respuesta”, aquella que no avive el fuego, aquella que nos haga expresar lo que queremos sin ofender al otro, aquella que en definitiva sea la que mejor podamos dar para conseguir nuestro objetivo, nuestro mejor RESULTADO.
Elena Sarasa Villaverde
Abogada y mediadora.
Socia de Mediación Navarra.